"La confianza es nutritiva. Sin confianza permaneces hambriento.
La confianza es el nutriente más sutil de la vida. Si no confías
no puedes vivir realmente. Siempre tienes miedo…
Si has vivido una infancia llena de amor
y confianza, te forjas una buena imagen de ti mismo. Si tus padres
se han amado profundamente el uno al otro y estaban felices contigo
porque tú eras la culminación de su amor, el crescendo
de su amor, la realización de su amor; si estaban profundamente
enamorados, entonces tú eres la música que nace de su
amor. Tú eres su creación: se sienten dichosos de tenerte.
Te aceptan. Y te aceptan como eres. Incluso si tratan de ayudarte,
te ayudan de una forma muy amorosa. Si alguna vez te dicen “No
hagas esto”, no te sientes ofendido, no te sientes insultado,
te sientes cuidado.
Pero cuando no hay amor y el padre y la madre no paran de decir “No
hagas esto,” “Haz eso,” poco a poco el niño
aprende: “no soy aceptado como soy. Si hago ciertas cosas, me
quieren. Si no hago ciertas cosas, no me quieren. Si hago otras cosas,
me rechazan.”
El niño empieza a encogerse. Su ser puro no es aceptado y amado.
El amor es condicional; la confianza se pierde. Entonces nunca será
capaz de tener una buena imagen de si mismo. Porque es en los ojos
de la madre donde te ves reflejado por primera vez. Si ves felicidad,
alegría, emoción, un gran éxtasis al mirarte,
sabes que eres valioso. Entonces es fácil confiar, es muy fácil
entregarte, porque no tienes miedo…
Pero si te cuesta confiar, entonces tienes que mirar el pasado. Tienes
que ir profundamente en tus memorias. Tienes que rememorar tu pasado.
Tienes que limpiar tu mente de las impresiones del pasado. Debes tener
mucha basura del pasado. Descárgala.
Esta es la llave para hacerlo: ves al pasado, no solo como una memoria,
revívelo. Haz de ello una meditación. Trata de descubrir
todo lo que sucedió en tu infancia. Cuanto más profundo
vayas, mejor. Porque estamos ocultando muchas cosas que sucedieron
y así no dejamos que afloren, que salgan a la consciencia.
Permite que afloren a la luz."
OSHO
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